- Las direcciones eléctricas tienen varias ventajas gracias a la tecnología. Una dirección de este tipo puede regular su firmeza dependiendo de la velocidad, eso quiere decir que cuando vamos rápido la dirección se hace dura y se necesita menos movimiento del volante para hacer que el auto cambie de dirección, mientras que cuando vamos lento se hace más suave y nos permite maniobrar más fácil. El problema de estas direcciones es que generalmente se sienten completamente anestesiada, como si no hubiera una conexión real entre el volante y las ruedas, por lo que es difícil saber qué está pasando en el asfalto. Eso puede ser contraproducente durante una maniobra de emergencia por que en realidad no sabemos a ciencia cierta qué está haciendo el auto.
- Las direcciones eléctricas parecen ser las que prevalecerán en los próximos años, dejando los sistemas hidráulicos detrás. Habrá gente que prefiera la versión hidráulica por ser lograr un buen balance entre comodidad y retroalimentación, pero esperamos que las direcciones eléctricas mejoren y que encuentren una manera de hacer que el manejo se sienta más conectado.
Direcciones eléctricas
Hasta principios de la década de 2000, la mayoría de los sistemas de dirección asistida de los coches eran de accionamiento hidráulico. Esto significa que el sistema era alimentado por una bomba llena de fluido hidráulico bombeado a alta presión. Y aunque este sistema funciona bien cuando se trata de proporcionar una dirección rápida y fácil, también tiene su propio conjunto de inconvenientes.
Para empezar, la bomba de la dirección asistida hidráulica es accionada por el motor, lo que significa que tiene que funcionar constantemente. Este constante consumo mecánico del motor supone una pérdida de potencia en la mayoría de los coches, e incluso puede reducir el consumo de combustible. Además, el líquido hidráulico de la dirección asistida debe cambiarse periódicamente y si alguno de los componentes o mangueras fallan, entonces el líquido puede ensuciarse también.
A principios de los años 90 y hasta bien entrada la década del 2000, muchos fabricantes pasaron a utilizar sistemas de dirección asistida eléctrica en lugar de versiones hidráulicas.